Una de las primeras
preguntas que hacen los padres después de que se diagnostica a su hijo/a
con autismo concierne al pronóstico o perspectivas. También desean saber
qué factores pueden influir en ese pronóstico a lo largo de la vida del niño/a.
No existe una única respuesta que cada médico pueda dar a todos los padres
preocupados acerca de las perspectivas. Esto se debe a que no hay un único tipo
de autismo que cubra cada diagnóstico. Cada niño/a con autismo es único. Las
causas del trastorno varían de un niño/a a otro y, por lo tanto, el pronóstico
también varía. Otra consideración es la presencia de cualquier otra enfermedad
que el niño/a pueda tener. Por ejemplo, si tiene epilepsia, o algún otro problema
médico que se pueda identificar y tratar en forma eficaz, el pronóstico puede
mejorar.
Aun asi, no existe una
cura conocida para el autismo. En algunos casos, los niños parecen recuperarse,
tanto que se retira el diagnóstico de TEA. A veces, esto sucede luego de un
tratamiento intensivo, pero no siempre. En algunos casos, los niños de cinco
años o más que aún no han hablado, adquieren el habla. Para la mayoría de los
niños, los síntomas frecuentemente se vuelven más leves a medida que crecen.
Sin embargo, los problemas fundamentales, como las dificultades en la
interacción social, generalmente se mantienen. Según algunos expertos, los
siguientes factores sugieren un mejor pronóstico:
·
Tener un C.I. por encima de 50
·
Capacidad de hablar antes de los seis años
·
Tener una habilidad útil
Aunque el autismo
sigue siendo un trastorno difícil para los niños y sus familias, el pronóstico
actual es mucho mejor de lo que era hace 30 años. En aquel entonces, no era
inusual que las personas con autismo fueran ingresadas en hospitales
psiquiatricos. En la actualidad, con el diagnóstico adecuado y un inicio
temprano del tratamiento, muchos de los síntomas del autismo pueden reducirse,
aunque la mayoría de las personas nunca estará completamente libre de los
síntomas. Cuán bien funcione una persona depende del grado del trastorno, así
como del momento de inicio y nivel del tratamiento.
Algunos adultos con
autismo, especialmente aquellos que son muy funcionales o que tienen síndrome
de Asperger, son capaces de trabajar con éxito en puestos de trabajo general.
Sin embargo, los problemas de comunicación y sociales a menudo causan
dificultades en muchas área de la vida. Estas personas continuarán necesitando
aliento y apoyo moral en su lucha por una vida independiente.
Muchas otras personas
con autismo son capaces de trabajar en entornos especiales, especialmente si
son supervisados por gerentes capacitados en el trabajo con personas con
discapacidades. Un entorno enriquecedor en el hogar, la escuela y luego en la
capacitación para un puesto de trabajo y en él, ayuda a las personas con
autismo a seguir a aprender y desarrollarse a lo largo de sus vidas.
La responsabilidad de las escuelas públicas de proporcionar servicios
finaliza cuando la persona con autismo alcanza los 22 años de edad. La familia
enfrenta entonces el desafío de encontrar formas de vida y empleo que
satisfagan las necesidades particulares de su hijo/a adulto, así como los
programas y centros que puedan proporcionar servicios de apoyo para alcanzar
estos objetivos.
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