La flacidez es la pérdida de tono o tersura de la piel en
diferentes zonas corporales.
La piel está compuesta por tres capas: epidermis, dermis
e hipodermis, una de las numerosas funciones es dar elasticidad y firmeza, sus componentes
principales son el colágeno, y las fibras elásticas.
Con el paso del tiempo se van perdiendo parte de estos
componentes como la elastina y el colágeno y esto provoca la disminución de la
firmeza y tersura, provocando la pérdida de su aspecto joven y lozano.
No hay que confundir la flacidez cutánea con la muscular
por la falta de ejercicio físico. Con los años se pierde firmeza y ésta aparece
en mayor o menor medida siendo uno de los signos más inestéticos del
envejecimiento cutáneo.
Causas
ü Fotoenvejecimiento.
El exceso de sol aumenta la oxidación celular, perdiendo agua, colágeno y las
fibras de elastina pierden su capacidad de elasticidad y recuperación.
ü Tabaco.
Empeora la microcirculación y por lo tanto acelera el proceso de envejecimiento
de la piel.
ü Predisposición
genética. Hay personas que desde joven tiene una hiperlaxitud manifiesta que al
llegar a edades más superiores tienen una tendencia a la flacidez más alta que
el resto.
ü Dietas
pobres en proteínas. Los aminoácidos que proporcionan las proteínas son
fundamentales para la evitar la excesiva laxitud de la piel.
ü Perdidas
extremas de peso.
ü Enfermedades
concretas y toma de fármacos.
ü
Prevención
ü Ejercicio
físico diario. Una buena tabla de ejercicios es muy útil ya que nos ayudará a mantener
un tono muscular adecuado y a tener un aspecto saludable en la piel. Una opción
alternativa a estas tablas es el uso de las plataformas vibratorias.
ü Dieta
proteica. Debe ser una dieta equilibrada, la ingesta de proteínas (carnes,
pescados, huevos…) no debe desequilibrarse ya que los aminoácidos disminuirían
dando lugar a la flacidez.
ü Toma
de antioxidantes. Existen determinados preparados con efecto antioxidante que
contienen selenio, resveratrol, etc..que nos ayudará a retrasar la aparición de
la flacidez y a combatirla eficazmente. Es importante en este punto que sea el
médico quien recomiende el producto más útil para cada paciente.
ü Uso
de cosméticos adaptados. Estos usados de manera constante conseguirán ayudarnos
a retrasar la aparición de la flacidez.
ü
INTRODUCCIÓN
AL ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO.
El envejecimiento es un proceso fisiológico que se inicia
en el momento del nacimiento. Se
presentan una serie de modificaciones, como consecuencia del paso del tiempo.
Sus primeras repercusiones estéticas, empiezan a ser evidentes entre los 25-30
años y a partir de este momento evolucionan lenta pero irreversiblemente,
convirtiendo a la piel en el órgano que más rápidamente delata la edad
cronológica de la persona.
Histológicamente, este proceso afecta tanto a la
epidermis, dermis e hipodermis, dando lugar a la aparición progresiva de una flaccidez
cutánea con atrofia, alteraciones vasculares y pigmentarias, acentuación de
pliegues y surcos, caída del cabello, etc.
Pero sin duda, es la aparición de flaccidez y arrugas lo
que constituye el signo más importante del envejecimiento, y por tanto el que
despierta mayor preocupación en el ser humano, deseoso de ofrecer una
apariencia estética joven, sana y agradable ante sí mismo y ante el resto de la
sociedad.
ALTERACIONES
HISTIOLÓGICAS DEL ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO.
El envejecimiento es un proceso fisiológico que afecta a
todos los órganos del cuerpo humano, produciendo alteraciones histológicas características.
A nivel cutáneo produce modificaciones a nivel de la epidermis, dermis e
hipodermis. o
Alteraciones a nivel de la epidermis:
ü Adelgazamiento
progresivo de la epidermis.
ü Disminución
de las mitosis celulares
ü Aumento
de la descamación
ü Aumento
del espesor del estrato córneo, con mayor número de células muertas
ü Aplanamiento
de la membrana dermoepidérmica, con pérdida progresiva de las ondulaciones.
ü
Alteraciones a nivel de la dermis
ü Desorientación
y desorganización de las fibras de colágeno que trae como consecuencia una
disminución de su poder hidratante (retención de agua).
ü Alteración
de las propiedades mecánicas de las fibras de colágeno.
ü Disminución
de su resistencia a la ruptura y disminución de su extensibilidad.
ü Degeneración
de las fibras elásticas, con disminución de la producción de elastina.
ü Alteraciones
celulares y de la sustancia fundamental. Disminuye la capacidad mitótica de los
fibroblastos y el contenido de ácido hialurónico de la sustancia fundamental,
con lo que disminuye su grado de hidratación y permeabilidad.
ü Se
produce una pérdida de elasticidad, asociada con los efectos de gravedad,
responsable de los pliegues caídos en las mejillas, cuello, párpados…
ü Disminución
de la secreción de las glándulas sudoríparas ecrinas (falta de agua).
ü Disminución
de las glándulas sebáceas (falta de sebo)
CAUSAS QUE LO DESENCADENAN O ACELERAN
Naturalmente la edad (factor biológico) es uno de ellos,
sin embargo no es el único ni el más importante, los factores ambientales como
la la luz del sol, el clima, el contacto con solventes y detergentes, el aire
seco de los sistemas de calefacción, por mencionar algunos, son los que se
encargan de determinar los defectos en la firmeza, elasticidad y capacidad de
regeneración epidérmica. En las zonas de piel que no están expuestas a la luz
este daño se refleja una vez que la persona ha llegado a una edad madura, sin
embargo, en las zonas de la piel que si están expuestas a la luz solar, el daño
se nota a edades muy tempranas. Las zonas del cuerpo que generalmente están más
expuestas al sol son la cara, las manos, el cuello y el área del escote, es en
éstas en que el envejecimiento cutáneo es más evidente.
En la dermis y en la hipodermis es en la zona en que se
producen las afecciones estructurales que definen el proceso biológico del
deterioro en la piel, tales como la falta de firmeza, descolgamiento, palidez,
etcétera. Al paso de los años, el metabolismo de las células dérmicas disminuye
su ritmo; esto resulta en que la velocidad para sintetizar el colágeno se vea
mermada afectando directamente en la firmeza y elasticidad de la piel.
Las medidas dermocosméticas destinadas a cuidad este tipo
de piel están encaminadas, principalemente, a cubrir las necesidades de las
tres capas cutáneas: epidermis, dermis, hipodermis.
• Evitan la sequedad de la piel y estimulan el proceso de
renovación celular mediante el aumento de la función barrera.
• Consolidan las funciones estructurales y nutritivas de
la dermis.
FACTORES ENDÓGENOS
Son factores endógenos de envejecimiento aquellos que no
están dirigidos desde el exterior, como el proceso involutivo biológico general.
Estos factores son el debilitamiento de la capa de regeneración celular,
decremento en la actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas, reducción
de la producción de estrógenos.
Este tipo de envejecimiento está determinado genéticamente,
da lugar a cambios en la estructura y aspecto de la piel que provocan el transtorno
de sus funciones. Entre estos podemos enumerar:
- Nutrición y hábitos alimenticios desequilibrados.
- Ciertas enfermedades como la diabetes y transtornos
cardiovasculares como principales agravantes del proceso de envejecimiento.
FACTORES EXÓGENOS.
Son los factores exógenos los responsables de envejecer
la piel prematuramente; el envejecimiento exógeno está dirigido desde el
exterior y puede ser minimizado con los cuidados permanentes. Entre estos podemos
enumerar:
- La radiación Ultravioleta (UV) y los radicales libres.
- El tabaco y el alcohol
- Las influencias ambientales y climáticas
Las señales del envejecimiento cutáneo se comienzan a
manifestar a partir de los 40 años de edad; éstas no están necesariamente
relacionadas con el proceso general de envejecimiento, pues dependen, en gran
medidad, de los factores externos que han actuado de forma constante en la
piel.
Cuando la piel se expone de manera intensa y permanente a
la luz del sol, tiende a envejecer prematuramente. Estos efectos está acentuados
en personas con piel clara, zonas descubiertas de la piel (cara, nuca, manos y
antebrazos), personas expuestas a constantemente a una acción más intensa de la
luz solar.
La radiación UV que actúa por periodos prolongados sobre
la piel provoca alteraciones degenerativas crónicas. Los signos de
envejecimiento se desarrollan prematuramente y su magnitud está relacionada
directamente a la intensidad y duración de la exposición a la luz y el grado de
sensibilidad de la piel.
Cuando la piel está cubierta, puede regenerar por si misma
el estrato epidérmico basal con células nuevas, a diferencia de la piel que
está constantemente expuesta a la luz del sol, pues en este caso, la radiación
es tan intensa que la piel no alcanza a reparar todos los transtornos que los
rayos UV le ocasionan. Esto, a su vez, hace que la epidermis se adelgace.
FISIOLOGÍA DE LA PIEL MADURA
En el campo fisiológico, la diferencia entre el
envejecimiento endógeno y el envejecimiento prematuro generado por los factores
externos antes mencionados es casi inexistente.
- Pérdida de Elasticidad y Turgencia
Se forman más fibras de tejido conectivo en el corión,
sin embargo se trata de una acumulación de fibras patológicas en la dermis; al
no tener estas fibras capacidad funcional, el corion pierde su arquitectura
fibrilar normal, resultando en la pérdida de elasticidad de la piel, arugas y
flacidez.
- Reducción de las Glándulas Sebáceas y Sudoríparas
Al decrecer la secreción de dichas glándulas con la edad,
hay una carencia de sustancias necesarias para la formación de la película
hidrolipídica y el mantoácido protector, lo que resulta en una piel quebrada y
pobre en grasas. Por lo tanto reacciona con mayor sensibilidad a los jabones y
soluciones alcalinas. Esto es, a su vez, eliminan más lípidos de la piel, lo
que genera una mayor sequedad en la piel debido al aumento de la pérdida
transepidérmica de agua.
Se forma una superficie cutánea áspera, con pequeñas
fisuras en la capa córnea; la piel se vuelve tirante y pica. Se forma lo que se
denomina seboestasis senil.
Disminución de la Tasa de Multiplicación
Celular en la Epidermis
Al alcanzar la edad madura, la piel pierde la capacidad
de reparar todos los daños en el ADN que le generó la exposición a la luz
solar. La tasa de multiplicación celular en la capa basal de la epidermis
disminuye, por lo que cada vez se forman menos células nuevas.
- Susceptibilidad aumentada frente a los álcalis
La piel, al perder su capacidad para neutralizar las soluciones
alcalinas, se torna vulnerable frente a la acción de los compuestos de higiene.
Esta alcalinización produce efecto de picazón. El lavado frecuente con jabón,
empeora la situación de la piel, pues al desgrasarla, se alcaliniza más, además
de arrastrar las sustancias humectantes naturales desde el estrato córneo.
Estas sustancias, junto a la película hidrolipídica, son las responsables de
mantener el agua en la epidermis.
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