Un grupo de investigadores argentinos ha identificado que la raíz molecular de las epilepsias refractarias también podría ser un factor desencadenante de los convulsiones.
Desde hace tiempo se sabe que una proteína de transporte, la glicoproteína-P, tiene la capacidad de impedir el ingreso de los fármacos al sistema nervioso central y, por tanto, éstos se ven incapaces de actuar sobre las neuronas afectadas. Ahora, en estudios con ratas, se ha descubierto que la glicoproteína-P no sólo frena el ingreso de los fármacos convencionales, sino que también afecta a las membranas neuronales y facilita la aparición de las crisis epilépticas. Es decir, además de impedir que actúen los medicamentos, dicha molécula forma parte del amplio concierto de mecanismos que causan la epilepsia.
El trabajo todavía está lejos de tener una aplicación clínica, pero los científicos están pensando en el diseño de tratamientos que de forma preventiva inhiban la expresión de esa molécula, con lo que se evitaría no sólo la resistencia a los fármacos, sino quizá la propia aparición de las convulsione
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