Un tema tabú y poco abordado por la sociedad, pero que
afecta a casi el diez por ciento de la población. Si usted posee alguna
discapacidad, tiene algún familiar con esta característica, o simplemente desea
conocer más sobre el tema, no deje de leer el siguiente artículo
Para la sociedad en general, el sexo siempre se ha
considerado un tema tabú, a menos que, por supuesto, usted sea un cómico de
teatro o televisión. Pareciera que la información precisa sobre todos los
aspectos de la sexualidad debiera ser que algo uno debe guardar bajo llave, y
que cualquier pregunta sobre ello, debe ser hecha entre susurros.
El asunto de la sexualidad incomoda a las personas, y las
consideraciones morales y religiosas eclipsan a menudo la posibilidad de
proporcionar una información exacta y accesible.
Ahora bien, agréguele a todo esto los prejuicios propios
sobre las discapacidades, y tendrá un panorama de lo complejo que es para estas
personas –que representan de un 7 a un 10 por ciento de la población- obtener
información por sí mismos.
La
información referente a la sexualidad de los discapacitados y sus familias está disponible, pero encontrarla puede ser
un gran problema para la gente que lo necesita. Este artículo, señalará la
importancia de tener información disponible para la gente con discapacidades
La importancia de la información
Las
personas generalmente suelen aprender varios aspectos de su sexualidad hablando
con sus padres, asistiendo a programas de educación sexual en la escuela, y
entre sus amigos (no necesariamente en ese orden).
La
exactitud y la profundidad de la información, depende en gran medida del
conocimiento, la experiencia, y el nivel de confianza de la persona que se la
está transmitiendo.
No
debería ser esto muy diferente para la gente con discapacidades. Sin embargo, mucho
del material informativo disponible es demasiado “general”, y raramente
menciona las cuestiones específicas que pueden ser necesarias, por ejemplo,
para una persona lisiada. Por su parte, son muy pocos los padres y amigos que
tienen la experiencia o el conocimiento necesario para brindar consejos o datos
sobre el tema.
Desafortunadamente,
abundan los ridículos mitos sobre el sexo de la gente con discapacidad. Una
idea es que los discapacitados no están interesados en el sexo, o que no son
capaces de realizarlo. En el otro extremo, se ve a los discapacitados como
gente excesivamente interesada en el sexo y con un comportamiento sexual sin
inhibiciones.
Pero
la información exacta, y libre de opiniones estereotipadas, debería estar
disponible para cada persona con algún tipo de invalidez, para que puedan
desarrollar una vida sexual sana. Esto es fundamental también para que la gente
que ha quedado discapacitada de por vida, pueda recuperar el sentido de su
propia identidad sexual.
La
aplicación de esta información para la protección de la salud, también es un
componente crítico en la sexualidad de discapacitados, ya que la gente lisiada
es a menudo más vulnerable al abuso sexual, y la información para la prevención
debería ser fácilmente accesible. Permitir que el mito asuma el control razón,
podría también significar la exposición a las enfermedades de transmisión
sexual, incluyendo algunas mortales como el síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (SIDA).
El
acceso a los materiales de información es, por lo tanto, muy importante tanto
para los discapacitados como para sus familias, sus profesores, sus médicos, y
demás personas que puedan proporcionarle información. Hay demasiado en juego
como para depender de la información falsa o errónea en éste área.
Areas
para considerar
Además
de proporcionar información para el desarrollo de la sexualidad individual, y
para prevenir las enfermedades y el abuso, existen otras áreas básicas de la
sexualidad a considerar. Esto tiene que ver con la salud, el comportamiento
sexual apropiado, la reproducción y el embarazo.
La
salud. A través de la vida, hay necesidad de obtener un gran número de
informaciones relativas a la salud. Para la mayoría de la gente, la
identificación con el género se aprende durante los primeros años, y es seguida
generalmente por una comprensión de los cambios del cuerpo (crecimiento del
bello púbico, desarrollo del pecho, etc.).
Mientras
que los materiales tradicionales para la educación sexual pueden ser apropiados
para la mayoría de la gente con discapacidades, para muchos otros es necesaria
una información más específica.
El
individuo con debilidades cognitivas puede necesitar materiales que se
presenten con abundantes fotografías y un vocabulario limitado. Sexuality
Education for Persons with Severe Developmental Disabilities de Brekke (1988),
es un muy buen libro en inglés para asistir a los discapacitados motrices en el
manejo de su sexualidad.
Algunos
individuos también pueden verse afectados por limitaciones de la movilidad, o
fatigarse fácilmente. Libros como Reproductive Issues for Persons with Physical
Disabilities Haseltine, Cole, and Gray (Eds.). (1993). pueden asistir a estas
personas en esta materia.
El comportamiento sexual apropiado. Con los estándares
sociales de hoy en día, es difícil saber cuál es comportamiento sexual
apropiado, ya que la línea entre lo aceptable y lo inaceptable es muy fina e
imprecisa, y es por lo tanto igualmente difícil determinarse cómo y que se va a
enseñar en este área.
Quienes busquen información sobre el tema, deben tener
muy en claro sus convicciones morales y religiosas antes de comenzar su
investigación.
Pero por más difícil que sea, es altamente necesario
hablar de la sexualidad con los discapacitados, y que ambas partes puedan
sentirse cómodas preguntando y respondiendo. De esta forma, se pueden barrer
una gran cantidad de prejuicios al respecto, tanto de un lado como del otro. En
ningún caso es fácil para la personas hablar de la actividad sexual pero
siempre es necesario.
Además de la importancia de brindar una información
clara sobre las prácticas sexuales seguras para la gente con debilidades
cognitivas, puede ser necesario aportar instrucciones sobre las posiciones
sexuales referente a las debilidades musculares u otras limitaciones de
movilidad en los discapacitados.
En Dalrymple, Gray, and Ruble (1991) se señala, por
ejemplo, que la masturbación puede “aliviar la presión y la tensión sexual” de
los autistas (pág. 12), y se brindan consejos sobre la forma y el lugar
apropiados para que estas personas la realicen. Para maximizar las opciones de
las personas con discapacidades, y de sus parejas si es apropiado, se debe
entregar una información con el menor juicio personal que sea posible.
Si está intentando asistir aun discapacitado en esta
área, debe primero prestar una especial atención a las leyes jurídicas.
Por ejemplo, está prohibido exponer partes privadas en
público y no respetar la privacidad de la gente. Incluso, hablar del tema
sexual es un tema con implicaciones legales. Tener una información clara en
éste punto, puede eliminar problemas legales en un futuro.
Reproducción y embarazo. Las mujeres con
discapacidades son, primero y principal, mujeres, y muchas de ellas desean
tener hijos, al igual que muchos hombres.
Aunque a menudo existen más complicaciones cuando es
la mujer la que tiene la discapacidad, la decisión de tener un hijo nunca es
fácil para ambos miembros de la pareja. Si la discapacidad es hereditaria, se puede
utilizar la asistencia genética.
Las mujeres que contemplan un embarazo, deben incluir
en su agenda una asistencia médica apropiada, el impacto del embarazo en el
cuerpo, las precauciones en el momento del parto, y el cuidado para el hijo
después del nacimiento.
Aunque una discapacidad física, por ejemplo, no altera
la capacidad para que la mayoría de las mujeres cumplan con los requisitos
enumerados arriba, la discapacidad es un tema de mucha inquietud para las
mujeres embarazada.
Mucho de su éxito en esta
materia, dependerá de la información que reciban para asistirse con su embarazo
y el período de posparto. Rogers y Matsumura (1991), por ejemplo, proporcionan
una excelente guía para las mujeres con discapacidades, con el método de
preguntas-respuestas
El derecho a la sexualidad.
La gente con discapacidad tiene todo el derecho a ejercer su sexualidad,
pero la aceptación, más que de la sociedad en general, debe provenir de ellos
mismos.
Una discapacidad no altera sus derechos como individuos con vida sexual
activa. Esto también incluye el derecho a casarse, a ser padres, a cuidar a sus
hijos, y a tener acceso a una información precisa que les permitirá tomar las
decisiones apropiadas.
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