jueves, 7 de febrero de 2013

La tendinitis del músculo iliopsoas y el dolor pélvico

Fuente: FISIOSTAR Las lesiones de la pelvis y la cadera constituyen un pequeño porcentaje de las lesiones deportivas con dolor en la ingle siendo la presentación más común. Los problemas musculares y tendinosos (sobre todo cuando el tendón y el músculo se encuentran) son las áreas tí­picas de la queja. El músculo iliopsoas , un músculo de la cadera, profundo en la pelvis, puede ser irritado por un evento traumático o por el uso excesivo de la flexión de la cadera en repetidas veces (flexión). Esta condición no está bien diagnosticada y muchas veces puede perderse, con los jóvenes más propensos a presentarlas y las mujeres un poco más a menudo
Los dos músculos, y el psoas ilí­aco, tienen su origen, respectivamente, en la pelvis y la columna lumbar, que se unen para hacer que el músculo psoas ilí­aco combinado que convierte en un tendón y se inserta en una pequeña área del hueso en el interior de la parte superior del muslo, el trocánter menor. La bolsa entre la unión músculo-tendinosa del músculo psoas-ilí­aco y el hueso de la pelvis es la más grande en el cuerpo y en algunos casos asciende a la cadera. Si el trauma es agudo puede causar daños en el tendón, que resulta en la inflamación, la cual es denominada como tendinitis y esto puede ser a largo plazo o crónico. Se puede presentar inflamación alrededor del tendón o se pueden mostrar cambios degenerativos debido al uso excesivo, conocido como tendinosis. El evento traumático más común por lo general implica una contracción del músculo mientras se lo está tratando de alargar y el uso excesivo se produce por flexión de la cadera, donde se realiza varias veces el movimiento, por ejemplo en actividades como correr, bailar, remo y muchos deportes. El músculo psoas ilí­aco puede llegar a ser apretado al aumentar las fuerzas ejercidas sobre él y al inclinar la pelvis hacia delante, con otros efectos negativos en la pierna durante la actividad. El inicio tí­pico es lento y gradual y el dolor aparece con la actividad y se aplaca en el momento en que se entra en calor. A medida que empeora el dolor la actividad se detiene, y avanza a un dolor continuo si no se toman medidas. El dolor será en el área de la ingle, pero puede irradiar hacia la parte delantera del muslo. La gestión de la fisioterapia implica reposo, hielo y movimientos suaves para permitir que el dolor y la inflamación disminuyan. El estiramiento puede ser introducido gradualmente, a partir de técnicas muy lentas y constante progreso para volver a la gama completa de movimiento, fuerza y resistencia. El regreso gradual a la baja intensidad del deporte relacionados con la flexión de la cadera debe permitir que el músculo psoas-ilí­aco llegue a cansarse, pero sin sobreesfuerzo.

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