martes, 21 de marzo de 2017

Luxación congénita de cadera

Información general

La luxación congénita de cadera (LCC), llamada también displasia del desarrollo de la cadera, se produce cuando un niño nace con una cadera inestable debido a una formación anormal de la articulación de la cadera durante las primeras etapas del desarrollo fetal. Esta inestabilidad empeora a medida que el niño crece. En algunos casos, la articulación esférica cóncavo-convexa de la cadera puede luxarse (dislocarse) en forma periódica, de modo que la parte esférica se sale de la cavidad que la contiene cuando hay un movimiento. A veces la articulación puede dislocarse por completo. De acuerdo con un artículo publicado en 2006 en American Family Physician, 1 de cada 1000 bebés nace con una luxación de cadera.

Causas y riesgos

En muchos casos, la causa de la LCC se desconoce. Los factores que pueden contribuir son bajos niveles de líquido amniótico en el vientre, parto de nalgas (cuando el bebé sale de nalgas en lugar de con la cabeza primero) y antecedentes familiares de este trastorno. El confinamiento en el útero también podría causar la LCC o contribuir a ella. Esta es la razón por la cual la LCC es más común en un primer embarazo, cuando el útero no se ha distendido previamente.

La LCC es más común entre las niñas. Sin embargo, cualquier bebé puede nacer con esta afección. Por esto es que los médicos de los hospitales examinan siempre a los recién nacidos para detectar luxaciones de cadera, y los pediatras examinan las caderas de los bebés en los exámenes de rutina durante el primer año de vida.

Síntomas

A veces la LCC es asintomática. Debido a ello, los doctores y enfermeras examinan a los bebés para saber si tienen esta afección. Entre los posibles síntomas se destacan los siguientes:

 las piernas giran hacia afuera o parecen tener distinta longitud
rango de movimiento limitado
los pliegues de las piernas y las nalgas no son iguales cuando se extienden las piernas y se las compara
hay un retraso en el desarrollo motor grueso (sentarse, gatear y caminar)

Diagnóstico

Al bebé se lo examina para detectar LCC cuando nace y durante su primer año de vida. El método que se utiliza más comúnmente es el examen físico. El médico mueve suavemente las caderas y las piernas del bebé mientras escucha si las articulaciones emiten algún sonido que indique que hay una dislocación. En este examen se realizan dos pruebas: En la prueba de Ortalani se aplica fuerza hacia arriba mientras se hace una abducción de las caderas (se las mueve como alejándolas del cuerpo). En la prueba de Barlow se aplica fuerza hacia abajo mientras se hace una aducción de las caderas (se las mueve como acercándolas hacia el centro del cuerpo). Estas pruebas son certeras antes de los 3 meses de edad. En los bebés mayores y en los niños, durante el examen se buscan diferencias en la longitud de las piernas (solo si una cadera está afectada), cojeo y abducción limitada.

Los exámenes con imágenes se usan para confirmar el diagnóstico de LCC. En general, a los bebés menores de 6 meses se los examina mediante una ecografía, en tanto que a los niños mayores de esa edad se los examina mediante una radiografía.

Tratamiento

A los bebés diagnosticados antes de los 6 meses normalmente se les pone un arnés de Pavlik. Este arnés hace presión para que la cabeza del fémur se inserte en la cavidad articular correspondiente. Se hace una abducción de la cadera al hacer que las piernas en el arnés asuman una posición como de rana. Los bebés utilizan el arnés por seis a 12 semanas, según la edad del niño y la gravedad de su afección. El niño podría tener que usar el arnés a tiempo parcial o a tiempo completo.

Si el tratamiento con el arnés de Pavlik no fuera exitoso o si el diagnóstico se hiciera cuando el niño es demasiado grande para usar el arnés, quizás tendrá que hacerse una cirugía. Esta cirugía se hace bajo anestesia general y podría incluir la manipulación de la cabeza del fémur para insertarla en la cavidad coxal (reducción cerrada) o el estiramiento de los tendones y la eliminación de obstáculos antes de reubicar la cadera (reducción abierta). Después de acomodar la cadera, ésta y las piernas se enyesan por 12 semanas.

Si el niño tiene más de 18 meses o no ha respondido bien al tratamiento, quizás deberá hacérsele una osteotomía femoral o pélvica para reconstruir la cadera. Esto significa que el cirujano dividirá o modificará la forma de la cabeza del fémur (la parte esférica de la articulación de la cadera) o el acetábulo de la pelvis (la cavidad).

Pronóstico

Es menos probable que se necesiten tratamientos complicados o invasivos cuando la LCC se diagnostica tempranamente y puede tratarse con el arnés de Pavlik. Entre el 80 % y el 95 % de los casos diagnosticados en forma temprana se resuelven de este modo, según la gravedad de la afección. (Storer and Skaggs, 2006)

El porcentaje de éxito de los tratamientos quirúrgicos es variable; en algunos casos el problema se resuelve con la primera cirugía y en otros se necesitan varias cirugías y años de control. La LCC que no se trata con éxito en la infancia puede provocar artritis y grandes dolores más adelante.

Si la LCC de su hijo fue tratada exitosamente, probablemente deberá asistir a citas periódicas con un especialista ortopédico para asegurarse de que la afección no reaparecerá durante la etapa de crecimiento.

Prevención
La LCC no puede prevenirse. Es muy importante llevar al niño habitualmente a las citas de control recomendadas para que esta afección sea detectada y tratada tan pronto como sea posible. Luego del parto y antes de que le den el alta del hospital, verifique que su bebé haya sido examinado para determinar si tiene LCC.

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