viernes, 17 de marzo de 2017

Lesiones de rodilla: el cartílago articular

¿Qué es una lesión del cartílago articular?



Las lesiones de rodilla son típicas de deportistas y trabajadores de fuerza.
El cartílago articular es la cubierta que desarrolla el hueso en la zona vecina a otro, y sirve de protección para evitar que ambos huesos se rocen al moverse entre sí. Esta cubierta puede alterarse por causas mecánicas, es decir, por golpes, giros bruscos o sobrecargas continuas en casos de deportistas.
El cartílago entonces sufre diversos tipos de lesiones: se puede reblandecer o se puede romper formando desflecamientos, grietas y hasta úlceras, que pueden afectar al hueso que se halla por debajo; o bien liberar fragmentos de cartílago al espacio articular (cuerpos libres).
Estas lesiones son típicas de la vida de deportistas y trabajadores que usan la fuerza física. El reblandecimiento suele ser más frecuente en mujeres que en varones.
Cuanto más profunda y extensa sea la lesión, existe más riesgo de evolucionar a una artrosis y también con más rapidez. La artrosis es el desgaste que sufre el cartílago por envejecimiento y básicamente tiene dos causas:
La alteración en la composición del cartílago: por edad avanzada del paciente o por otros fenómenos poco conocidos.
La alteración en la forma del cartílago: cuando su superficie en vez de lisa se hace irregular (fisuras, cráteres) aumenta el desgaste por rozamiento al utilizar esa articulación.

¿Qué síntomas aparecen en una lesión traumática del cartílago?

  • Habitualmente produce dolor en la zona dañada al mover la rodilla.
  • Es muy frecuente notar crujidos al mover la rodilla.
  • Es frecuente un derrame: más líquido articular de lo normal. Esto supone una defensa de la rodilla ante la lesión: desarrolla un "airbag".
  • Cuando hay cuerpos libres flotando en la rodilla, el paciente suele notar que algo se le mueve dentro, lo cual le provoca dolor, chasquidos y a veces bloqueos: la rodilla no se puede estirar.
  • En algunos casos se puede notar la sensación de aflojamiento y de pérdida de fuerza en la rodilla. Se debe a un reflejo de protección, que relaja los músculos del muslo.

¿Qué hace el médico ante la sospecha de esta lesión?

  • Debe realizar un examen completo de ambas rodillas, para comparar los hallazgos de la sana con la enferma y para detectar o descartar otras lesiones asociadas.
  • Mediante tests específicos comprobará que la zona de cartílago está afectada: presionará con los dedos determinados puntos, que provocarán dolor; apretará y moverá el hueso de la rótula para comprobar si se producen crujidos; realizará movimientos forzados a la rodilla para intentar pinzar la región dañada, lo cual también provocará dolor.
  • Si el derrame es importante el médico lo extraerá efectuando una punción en la articulación con una aguja hipodérmica y succionando el líquido con una jeringa. Habitualmente extraer el líquido articular no duele.

¿Qué otras lesiones se deben descartar?

  • El dolor con el movimiento puede provocarlo una lesión meniscal o de ligamentos de la rodilla.
  • El derrame se puede producir ante cualquier lesión de rodilla.
  • Los bloqueos se pueden producir por una lesión meniscal o por restos de ligamento cruzado anterior roto.
  • La sensación de aflojamiento se puede confundir con una lesión de ligamentos.
  • Además suele ser frecuente encontrar varias de estas estructuras lesionadas simultáneamente.

¿Qué pruebas se suelen solicitar?

Radiografías: no muestran el cartílago pero sí el estado del hueso que hay por debajo. Una lesión que se aprecie en radiografías es por tanto grave, al ser profunda.
Tomografía Axial Computarizada: Con el TAC no se ve el cartílago, pero si se afecta el hueso nos muestra mejor dónde está la lesión y qué amplitud tiene.
Resonancia Magnética Nuclear: La RMN es útil para detectar lesiones puras del cartílago. Mejora su rendimiento introduciendo un líquido de contraste en la articulación (artro-resonancia). También es muy eficaz en la detección de otras lesiones asociadas de rodilla (ligamentos, meniscos, lesiones en el espesor del hueso). No obstante, hay un porcentaje de casos que se escapan al diagnóstico

¿Cómo se llega al diagnóstico?

  • Con mucha frecuencia el diagnóstico se hace mediante la exploración clínica del paciente.
  • Si los síntomas no son concluyentes se solicitará una resonancia.
  • En los casos en que persista la duda se recomienda la realización de una artroscopia, que es diagnóstica en el 100% de los casos y además permite tratar la lesión en el momento.

¿Cómo se trata?

Si se sospecha la existencia de cuerpos libres se deben extraer por artroscopia. El resto de las lesiones del cartílago se deben tratar inicialmente mediante un programa de fisioterapia específico. En algunos casos el médico recetará unas plantillas que corrijan el apoyo de la extremidad afectada, descargando la rodilla de los esfuerzos.
Cuando estos métodos fracasan se debe plantear la artroscopia, el método de tratamiento de cirugía más sencillo y con menos complicaciones.

La artroscopia permite:

  • Extraer los cuerpos libres
  • Alisar los bordes de las úlceras
  • Perforar con una broca fina en el fondo de las úlceras profundas para que el hueso sangre y permita una mejor cicatrización.
  • Lavar la articulación con suero fisiológico estéril para mejorar el metabolismo del cartílago.
  • Si un fragmento de cartílago está recién desprendido y es lo suficientemente grande, se puede anclar a su cráter mediante un tornillo especial.
Si tras la artroscopia y un periodo de meses de rehabilitación los síntomas no mejoran, se pueden plantear otras opciones quirúrgicas más arriesgadas en cuanto a complicaciones, ya que exigen una amplia herida y son muy complejas técnicamente:
  • Cambiar la posición de la rótula en casos de lesión de su cartílago.
  • En el cartílago del fémur o de la tibia se puede intentar injertar fragmentos de cartílago sano de la periferia de la rodilla, formando mosaicos; o bien cultivar células de ese cartílago para luego poner una capa en las úlceras.
Los resultados son a menudo decepcionantes.

¿Cómo vivir con una lesión de cartílago?

El paciente debe limitar su actividad laboral y deportiva en función de la evolución de los síntomas y las exploraciones de su médico.
Es aconsejable un seguimiento periódico una vez desaparecidos los síntomas para prevenir la aparición o el desarrollo de la artrosis.

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