Esta
es una buena pregunta. Empezaré explicando qué significa cada palabra.
Tendinitis implica la existencia de inflamación en el tendón en tanto que
tendinosis hace referencia un proceso degenerativo del mismo. Hasta el momento,
todos los trabajos publicados demostraron que los tendones cuando “se enferman”
sufren un proceso degenerativo y no inflamatorio.
Por
lo tanto, podríamos decir que “las tendinitis no existen”. De todas formas,
quizás cuando un tendón sufre una sobrecarga tenga un proceso inflamatorio con
el objetivo de intentar autorrepararse. Recordemos que la inflamación es el
proceso por el cual los tejidos comienzan su proceso de autorreparación. De
allí que, según el criterio de AAOM y LAOM Argentina, si indicásemos
antiinflamatorios se inhibiría parcialmente este proceso de cicatrización, por
lo que evitamos su uso en lo posible
¿Por qué un tendón
puede evolucionar a una tendinopatía?
Cuando
la sobrecarga del tendón sea mayor a su capacidad de autorreparación, el tendón
lamentablemente sufrirá una tendinopatía. Algunas de las causas de sobrecarga
son conocidas: desbalances musculares, microtraumatismos repetidos sin la
preparación física para soportarlos, ergonomía incorrecta, déficits
nutricionales y una mala pisada, entre otros.
¿Cuáles son las
claves para su diagnóstico?
Sin
dudas un interrogatorio y un examen físico completos. Cada tendinopatía tiene
un “relato clínico” por parte del paciente y existen maniobras funcionales para
evaluarlas. Desde el punto de vista de las imágenes, la ecografía está
indicada, siempre y cuando sea realizada con un equipo adecuado y un médico
formado. La resonancia puede aportar datos importantes cuando queremos
descartar lesiones asociadas en otras estructuras.
¿Cuáles son las
medidas terapéuticas?
Primero
que nada tratar de identificar las causas que llevaron a la tendinopatía para
así, poder corregirlas. Se puedan dar analgésicos no antiinflamatorios para
controlar el dolor y que el paciente pueda tolerar los tratamientos de fondo
que indiquemos.
Un
correcto programa de rehabilitación es muchas veces suficiente. Las terapias
regenerativas que incluyen Proloterapia y plasma rico en plaquetas (P.R.P) son,
siguiendo el criterio de la AAOM y LAOM Argentina, las terapias que más chances tienen de reparar
las tendinopatías. De todas formas, si las reparamos y luego no corregimos los
factores desencadenantes y de perpetuación, es probable que recidiven.
¿Cuál es la evidencia
sobre el uso de la Proloterapia en el tratamiento de las tendinopatías?
Existen
numerosos trabajos publicados sobre la evidencia de la Proloterapia en
tendinopatías. Hay trabajos con nivel de evidencia 1 como el que publicamos en
la enfermedad de Osgood-Schlatter. Pero también hay estudios realizados que
muestran efectividad en el tratamiento de las epicondilosis, tendinosis del
Aquiles, tendinopatía del supraespinoso, entre otros.
¿Cuáles son las
condiciones que debe cumplir un médico para acreditar su formación en
Proloterapia?
Para
formarse en terapias regenerativas/Proloterapia es fundamental realizar cursos
teóricos y prácticos ya que es un tratamiento que requiere de entrenamiento
médico. No es simplemente inyectar una sustancia y que se “desparrame” en la
región.
Requiere
de aprender los criterios médicos para realizarla, conocer la anatomía de dónde
inyectaremos, las dosis, volumen, frecuencia de aplicaciones y distintas
concentraciones a utilizar. También, la formación es necesaria para evitar
complicaciones y que el método sea inefectivo por mala técnica y/o mala selección
de los pacientes..
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