martes, 14 de agosto de 2012
Autismo: ¿cómo identificarlo en el paciente adulto?
El autismo se caracteriza por dificultades en la interacción y en la comunicación social, conductas repetitivas y estereotipadas e intereses limitados. La falta de diagnóstico en los adultos conduce a tratamientos inadecuados y derivaciones repetidas
Introducción
El autismo es una afección de por vida, que padece el 1,1% de la población adulta y se caracteriza por dificultad en la interacción social y en la comunicación, con conductas rígidas y repetitivas. Aunque en algunas personas el autismo se diagnostica en la infancia, por cada tres casos conocidos hay otros dos sin diagnóstico. En 4 de cada 5 adultos con autismo, el diagnóstico es difícil y hasta imposible aunque puedan presentar todos los síntomas característicos. Es especialmente difícil identificar el autismo con buen funcionamiento (síndrome de Asperger) antes de la etapa adulta y se lo puede confundir con depresión, trastornos de la personalidad o psicosis. La falta de diagnóstico conduce a tratamientos inadecuados y a derivaciones repetidas, especialmente en adultos con autismo y coeficiente de inteligencia > 70 y muchos pacientes sufren la exclusión social y económica.
Principios generales
Todo personal que trabaje con pacientes adultos afectados de autismo debe conocer:
• la naturaleza, el desarrollo y la evolución del autismo;
• el impacto sobre el funcionamiento personal, social, educativo y laboral;
• el impacto del entorno físico y social.
Identificación del autismo
Se debe considerar la existencia de autismo cuando la persona presenta uno o más de los siguientes:
• dificultad persistente en la interacción social.
• dificultad persistente en la comunicación social.
• Conductas estereotipadas (rígidas y repetitivas), resistencia a los cambios e intereses limitados; y uno o más de los siguientes:
• dificultades para obtener y mantener empleo o educación.
• dificultades para iniciar o mantener relaciones sociales.
• contacto actual o anterior con servicios de salud mental o que tratan problemas de aprendizaje.
• antecedentes de trastornos neuroevolutivos (dificultades de aprendizaje, trastorno de déficit de atención e hiperactividad), o trastorno mental.
Puntuación: cada pregunta vale 1 punto. Cuente 1 punto por Concuerda totalmente o concuerda algo en las preguntas 1, 7, 8 y 10. Cuente 1 punto por Levemente en desacuerdo o categóricamente en desacuerdo en las preguntas 2, 3, 4, 5, 6 y 9. Si el paciente reúne > 6 puntos se derivará al especialista para su evaluación diagnóstica.
Durante una evaluación exhaustiva, recabar la siguiente información:
• signos y síntomas que caracterizan al autismo que estuvieron presentes desde la infancia y persisten en la etapa adulta
• antecedentes evolutivos tempranos
• problemas de conducta
• funcionamiento en el hogar, en el sistema educativo o en el trabajo
• trastornos mentales anteriores y actuales (esquizofrenia, depresión, trastornos del estado de ánimo y en especial trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo
• otras afecciones neuroevolutivas
• dificultades en la comunicación
• sensibilidad hiper o hiposensorial.
Evaluación de la conducta desafiante
Es importante identificar y evaluar los factores que puedan desencadenar o mantener esta conducta, tales como:
• trastornos físicos.
• entorno social (relaciones con familiares, amigos, compañeros de trabajo).
• entorno físico.
• trastornos mentales asociados (depresión, ansiedad, psicosis).
• problemas de comunicación.
• cambios en la rutina o en las circunstancias personales.
Intervenciones en el autismo
En los adultos con autismo y sin discapacidad o con discapacidad mínima para el aprendizaje y que tienen dificultades laborales, se sugieren las siguientes recomendaciones:
• asistencia para escribir curriculum vitae y solicitudes de empleo y asesoramiento para entrevistas.
• entrenamiento para la conducta ante determinados trabajos.
• evaluar la capacidad y la solvencia del autista ante un determinado trabajo.
• aconsejar a los empleadores para que efectúen ajustes razonables en el lugar de trabajo.
• brindar apoyo continuo al paciente durante su actividad laboral.
• brindar apoyo al empleador antes y después de que la persona con autismo comience a trabajar
Para el tratamiento de los síntomas no se deben administrar los siguientes tratamientos: anticonvulsivos, antipsicóticos, quelación, estimulantes de las funciones cognitivas, ocitocina, secretina, fármacos reguladores de la testosterona, antidepresivos y oxígeno hiperbárico.
Intervenciones ante la conducta desafiante
• aportar información sobre una serie de factores ambientales que podrían actuar como desencadenantes de la conducta desafiante.
• identificar las tendencias que llevan a la aparición de esta conducta y los factores que la evocan.
Las intervenciones psicosociales para la conducta desafiante deben incluir:
• identificación con precisión de las conductas deseadas.
• modificación de los factores ambientales que pueden contribuir al inicio o el mantenimiento de la conducta.
• definición de la estrategia de intervención.
• programa de reafirmación y afianzamiento y capacidad para ofrecer reafirmación y afianzamiento en forma inmediata cuando se muestra la conducta deseada.
• escala de tiempo para cumplir los objetivos de la intervención (a fin de modificar las estrategias que no producen cambios en determinado tiempo).
• medición sistemática de las conductas deseadas antes y después de la intervención para asegurar que las medidas son eficaces.
Cuando no hubo respuesta al apoyo psicosocial u otras intervenciones para la conducta desafiante, se podrá indicar un antipsicótico junto con el apoyo psicosocial.
Apoyo a familiares y personas a cargo del autista
Ofrezca a las familias, las parejas y las personas a cargo de adultos con autismo la evaluación de sus propias necesidades, incluido el apoyo personal, social y emocional; apoyo en su función de cuidadores, como el descanso de esta función; consejos y apoyo para obtener ayuda; planificación del cuidado a futuro de la persona con autismo.
Ofrezca información, asesoramiento, capacitación y apoyo a las familias, las parejas y las personas a cargo si necesitan ayuda con la atención personal, social o emocional de la persona con autismo.
Superando las barreras
Los médicos de atención primaria y secundaria tienen conocimientos limitados sobre el autismo y sus diversas manifestaciones. Esta falta de conocimientos exige atención específica a fin de que estas recomendaciones sean realmente útiles. Dos temas preocupan especialmente: la identificación inicial en la atención primaria y el enmascaramiento de los síntomas de autismo por enfermedades asociadas en la atención secundaria. Se debería capacitar mejor a los profesionales sanitarios para identificar y evaluar el autismo.
Las personas con autismo, en especial los más discapacitados, a menudo caen por las brechas entre la atención médica y la social, especialmente si no tienen manifestaciones de un trastorno mental o de dificultad de aprendizaje. Es un desafío crear servicios integrados de salud y asistencia social para las personas con autismo. El acceso al tratamiento para adultos con autismo también es limitado y comprende no sólo la atención en salud mental, sino también el cuidado de la salud física.
La creación de grupos locales de estrategias terapéuticas para el autismo y de equipos multiprofesionales podría contribuir a resolver el problema de acceso al tratamiento. Las familias de los adultos con autismo son las que proporcionan gran parte de los cuidados y el apoyo necesarios. Las recomendaciones señalan que ellos también deben recibir apoyo, ya que sin ellos muchas intervenciones tendrán beneficios limitados.
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