Cansancio, mucho cansancio durante el día, a pesar de haber dormido por la noche. Esto y los ronquidos son las quejas más frecuentes con la que los pacientes llegan a los laboratorios donde se estudia el sueño.
"Al principio, no me daba cuenta de que el cansancio que sentía durante el día era porque dormía mal", relató Francisco, un empleado de 47 años que trabaja en el microcentro porteño. "Uno cabecea en el colectivo, en una sala de espera. Nunca me había pasado mientras manejaba. No podía pasar Luján y ya me quedaba dormido. Pero consulté por los ronquidos. Además de sentir los codazos de mi esposa, me despertaba sobresaltado, con sensación de ahogo", dijo a un año de haber iniciado un tratamiento con un dispositivo que emite aire a presión por la noche (CPAP, por sus siglas en inglés) con el que respira mejor, duerme sin interrupciones y siente más energía durante el día.
En su caso, los ronquidos y la somnolencia diurna eran síntomas de un síndrome que produce suspensiones pasajeras de la respiración (apneas) en la cama. Pero el mal dormir no siempre se debe a un trastorno, como pueden ser el insomnio, la narcolepsia, el sonambulismo o hacerse pis en la cama, sino también a la mala higiene del sueño y el exceso de actividades durante el día.
Un estudio ayuda a detectar las causas
El estudio de primera elección para saber si el mal dormir es la causa de los síntomas asociados (ver más abajo) es la polisomnografía, que consiste en dormir cómodamente seis horas en una habitación individual de un laboratorio especializado y con varios sensores conectados al cuerpo.
En el bolso se puede llevar el pijama y hasta la almohada u optar por la más cómoda entre varias opciones. "Dormí mejor que en mi casa. No fue para nada molesto", dijo Graciela Buonomo, de 51, que prefirió llevar ropa cómoda al centro donde se hizo el estudio. Ella consultó porque oía zumbidos y sentía cansancio. Tras varios médicos que no le detectaron el hipotiroidismo ni sospecharon del mal dormir, la polisomnografía reveló apneas del sueño con ronquidos.
"Muchos pacientes se ríen y hasta se sacan fotos con el celular cuando están conectados para mandarles a sus familiares. Pero la mayoría se duerme enseguida porque llega ansioso. Es comprensible porque es un estudio que se hace de noche y eso llama la atención", comentó Yanina Leiva, técnica en electroneurofisiología, que tres noches por semana supervisa a los pacientes en un laboratorio especializado. Eso incluye bebes de hasta 12 días de vida.
De fácil preparación
La preparación es sencilla: no hay que dormir siesta; si se hace actividad física, ese día conviene aumentarla; hay que cenar liviano, no tomar café y evitar las gaseosas o los dulces a partir de las 15. "Activan el cerebro y no ayudan a dormir", precisó Leiva.
En la habitación hay un botón que los pacientes pueden usar durante la noche para llamar al técnico o pedir ir al baño, una manta o tomar agua. "Es importante que esa noche sea como cualquier otra", señaló el técnico Gerardo Moya.
Los sensores en la cabeza, en la nariz, la boca, el tórax, el abdomen, las piernas y las manos registran las variables con las que, luego, los especialistas estudian a "los principales sospechosos" de dormir mal, agregó Moya. Los sensores en la cabeza, por ejemplo, ayudan a establecer en qué etapas del sueño estuvo el paciente, mientras que los del pulso detectan problemas respiratorios asociados con enfermedades cardíacas.
"No siempre quien consulta se va a ir con un tratamiento -aclaró la doctora Paula Irusta-. Muchas veces sólo se trata de recuperar una buena higiene del sueño, lo que suele ser más difícil que otros tratamientos." Eso incluye comer liviano antes de dormir, no mirar TV ni usar la computadora en la cama y respetar los horarios de sueño.
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